La magia de hacer una boda en tiempos de pandemia
Originalmente nos íbamos a casar en Marzo de 2020. Era una boda grande y un poco más “tradicional” con 100 invitados. Teníamos todo planeado, pero a dos semanas del gran día, nos confinaron por primera vez y todos los eventos fueron cancelados. Incluyendo nuestra boda.
Celebramos nuestra boda 3 meses después, en junio del 2020 en Lille, Francia. Tras muchísimos improvistos con la reciente pandemia. Fuimos de los primeros matrimonios celebrados después del primer confinamiento en Francia. El ayuntamiento nos dio fecha para el civil a 2 semanas antes del día, con la restricción de que sólo podían estar presentes nuestros testigos (ósea 4 personas), y a una semana, nos dijeron que podían acompañarnos 20 personas. Con esa noticia, nos motivamos a reorganizar una boda completamente desde cero. Con un concepto distinto y un poco más casero.
La boda se realizó en el jardín de la casa de la mamá de mi esposo. Como invitados sólo estuvieron nuestros amigos.
Moodboard de inspiración
El estilo que elegimos en francés se llama Mariage à la Champêtre o en español conocido como Boda Campestre.
Significa que tiene lugar en el campo o, en su defecto, la decoración debe ser lo más rústica posible. Lo más importante es que la naturaleza y los materiales naturales estés presentes. La decoración campestre también se caracteriza por la sencillez. Y eso, era justo que nosotros queríamos.
Para poder lograr la boda de nuestros sueños contratamos los servicios de una decoradora que casualmente encontramos en instagram y nos ayudó en todo. Nos prestó todo el inmobiliario y decoración para crear el ambiente que queríamos.
Tuvimos invitados de todas partes: Francia, México, Bélgica, Colombia y Checoslovaquia lo cual hizo de nuestro día un día muy divertido.
Para las flores contratamos a 2 floristas locales de Lille que también encontramos en instagram y las pueden encontrar como @les_djadjas.
Para el ramo quería flores naturales secas porque mi intención era poderlo conservar y utilizarlo de decoración después. Fue creado por la florista momentos antes de la boda.
La elección del vestido fue rápida. Siempre tuve claro lo que quería: un vestido sencillo, con mangas estilo boho – chic que pareciera relajado pero elegante. Visité un par de tiendas y en la última que entré lo encontré. Lo compré en Cymbeline una tienda parisina que tiene sede en el viejo Lille (la zona más exclusiva de Lille) y en cuanto vi el vestido me enamoré. Además que, me entalló perfecto y casi no tuvieron que hacerle cambios.
La elección del vestido fue rápida. Siempre tuve claro lo que quería: un vestido sencillo, con mangas estilo boho – chic que pareciera relajado pero elegante. Visité un par de tiendas y en la última que entré lo encontré. Lo compré en Cymbeline una tienda parisina que tiene sede en el viejo Lille (la zona más exclusiva de Lille) y en cuanto vi el vestido me enamoré. Además que, me entalló perfecto y casi no tuvieron que hacerle cambios.
El peinado y el maquillaje yo misma me encargué de hacerlo. Quería algo natural y no quería sentir que tenía una máscara llena de maquillaje.
Los zapatos son de Mariée Couture, me gustaron porque tienen brillitos aunque no se aprecian en la foto.
Fue una boda virtual, ya que mi familia no pudo venir porque las fronteras estaban cerradas.
Tomamos mucho champagne con un poco de cerveza y vino.
Para la comida no queríamos algo tradicional, así que tuvimos una barra de sushi y algunos otros platillos para acompañar.
Del ambiente nos encargamos nosotros ya que por las restricciones que había por la pandemia, tampoco podíamos contratar a alguien para la música.
Las fotos estuvieron a cargo de Jérôme VANBAELINGHEM.